El centrocampista Álvaro Romero está viviendo en silencio y sin poder salir de casa hasta hace pocos días -ha tenido que guardar el protocolo establecido en caso de coronavirus- el peor verano de su carrera deportiva en su intento de abandonar de la mejor manera más cordial posible el Unionistas de Salamanca, club con el que tiene un año más de contrato, para enrolarse definitivamente en un Algeciras con el que tiene consensuadas -que no encima de la mesa , ni firmadas porque incurriría en una ilegalidad- unas condiciones de continuidad esta vez como futbolista en propiedad del la entidad del Nuevo Mirador, conversaciones cuyo inicio y avance adelantó DEPORTES AL MINUTO en sus ediciones de los pasados 18 y 20 de junio recalcando en ambas el máximo respeto expresado por todas las partes hacia Unionistas. A día de hoy el Algeciras y Romero ya lo tienen todo hablado.
Sin embargo, la declaración de buenas intenciones del cuadro castellano leonés en respuesta a los guiños del futbolista para abordar todas las posibilidades a principios de verano se ha tornado en una postura inamovible de Unionistas con el objetivo de que el futbolista siga en Salamanca, con muy poco margen de maniobra, todo ello tras comunicar Romero su decisión de continuar en Algeciras al ser de su agrado el nuevo proyecto del club y sobre todo cercanía con su casa.
Así se lo trasladó Romero al director deportivo, Toni García, y más recientemente al entrenador de Unionistas, Dani Mori, de quien recibió empatía tras expresarle su deseo de salir.
Romero solo quiere ser feliz y se encuentra desesperado. Tal es la desazón del futbolista sevillano que ha llegado a ofrecer a Unionistas los 13.000 euros por su baja -buena parte de la cantidad de su bolsillo- y la respuesta que ha recibido es que ahora vale 35.000.
El Algeciras, por su parte, y como adelantó este diario en las citadas ediciones anteriores, está haciendo valer sus excelentes relaciones con Unionistas para tratar de desbloquear la situación a base de diálogo y, si es preciso, ofreciendo, hasta donde puede su economía, alguna cantidad a Romero que le ayude a salir de Salamanca, pero el club del Nuevo Mirador no está en disposición de hacerse cargo de la elevadísima cifra en la que se ha instalado Unionistas.
Ante esta tesitura el último en dar un golpe en la mesa ha sido el futbolista, quien ya ha comunicado a Unionistas, que si tiene que volver a Salamanca será para estar un año viendo fútbol desde la grada.
