El Algeciras siempre vuelve. No hay mejor carta de presentación para aquellos escépticos que se han dedicado durante toda la pretemporada a despotricar del rendimiento ofrecido por el equipo de Salva Ballesta que, una vez arrancada la competición, ha demostrado ser un equipo en mayúsculas capaz de tutear al Marbella y doblegar al Recreativo de Huelva en el Nuevo Colombino.
El tiempo siempre da y quita razones, y aún siendo tan pronto como que únicamente han pasado dos jornadas de competición, no es menos justo reconocer que el vestuario algecirista se ha ganado el derecho a ser respetado tras completar dos partidos de mucho sacrificio ante dos plantillazos.
Llegarán las vacas flacas, pero de momento este Algeciras vuelve a manifestar su vitola de equipo aspirativo y que sigue llamando a la humildad de cara al duelo frente al Marino.