Es absolutamente imposible competir en condiciones en una Primera Federación con la flagrante sangría defensiva que sigue adoleciendo este equipo.
En Ceuta ya se regaló un gol, en Córdoba otros tres y lo de hoy… pues ya se ha visto. Trece goles en contra en diez partidos dejan a las claras los números de un equipo que, si bien compite de muy buena manera en la parte de arriba, se desangra atrás.
Tan solo dos porterías a cero en diez partidos reflejan la realidad de una plantilla que tiembla cada vez que pisan su área y que tiene que ponerse el mono de trabajo antes de reforzar la retaguardia en el mercado invernal.